ARTICULO APARECIDO EN REVISTA CAZAR Y PESCAR Nº 98 : JULIO AGOSTO 2004 :
.........El domingo 6 de junio, (2004) la revisión de la página del obituario de El Mercurio nos trajo una noticia amarga y terrible. Había fallecido el Dr. Alejandro Rahmer Ovalle y ese día lo sepultaban. Fue una especie de latigazo en el alma porque era nuestro amigo, no estaba enfermo y nada hacía presagiar su repentina partida. Se había ido ese fin de semana a su casa de descanso en las Sierras de Bellavista, como lo hacía habitualmente, y allí de repente se sintió mal. Avisó a su familia y en el regreso a Santiago falleció.
Alejandro Rahmer Ovalle era un pescador como pocos. Amaba la Naturaleza, disfrutaba intensamente de su contacto, pero lo que más lo gratificaba era compartir sus alegrías y sus conocimientos con los demás. Su hijo Alejandro Rahmer Pavez, periodista, y los amigos de éste, pueden dar claros y numerosos testimonios de su generosidad.
Había nacido en la ciudad de Molina el 24 de julio de 1945 Estudió en el colegio de los Hermanos Maristas de Curicó y luego con un alto puntaje en las pruebas de admisión a la univerdiad entró a estudiar medicina en la Universidad Católica. Allí se tituló con máximos honores y muy pronto comenzó a ejercer la docencia en el área de la gastroentorología, llegando a ser uno de los especialistas más renombrados del país.
"Mi papá -dice su hijo Alejandro, que entreparéntesis hizo una parte su práctica profesional de periodista en esta Revista - era una persona extraordinaria. Era muy amigo de sus amigos y todos los días le agredecía al Señor, el despertar y estar vivo. Mi relación con él era estrechísima. Me incentivó a dejar el gusano de tebo y a pescar con mosca. Pero lo hizo sin descalificaciones. Muchas veces dejaba su caña al lado y se dedicaba a observar las aguas y su lento fluir hacia el mar. Pescaba lo justo y le gustaba compatir con nosotros el sabor de una trucha ahumada. Cuando al abririse la temporada, sacaba su primera arco iris, le daba un beso y la regresaba al río. Tenía una cuchara regalona, la "española, la que usó por más de 20 años. Hoy, yo la conservo en mi poder. El siempre dijo que en el cielo el "tatita Dios" lo iba a esperar con una caña en sus manos. Les podría contar mucho más; todos los días que estuve a su lado; por ejemplo, que durante 23 años siempre lo acompañé al río, pero mi pena es muy grande. Chao viejo; nos veremos al final del río, ahí donde las truchas siempre pican..."
El día de su sepelio, la iglesia donde se ofició una misa por su descanso, se repletó hasta la calle de sus amigos, de sus colegas, de sus alumnos en la Universidad y de una larga y valerosa familia que supo afrontar desde la Fé en Cristo este golpe terrible. Sobre su urna había varios ramos de flores y estaba también su canasto de pesca
Fue condiscipulo y amigo de varios molinenses : Leo Moraga, Marcelo Jacques, Hugo Olea y otros que se me escapan. Su padre , don Walther Rahmer amigo de mi padre aparece en este blog en una pesca en la Laguna del Maule.